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​​Pasé del borde de la muerte a la vida!​
Dios me dio una segunda oportunidad!.​

Quiero compartir contigo una experiencia que marcó mi vida de tal manera que conocí el amor y cuidado de Dios en un momento de aflicción entre la vida y la muerte, y me dio una segunda oportunidad en esta vida. Me casé a los 23 años y el Señor me bendijo con un buen esposo y después con nuestro primer hijo. Todo parecía normal excepto que desde que era adolescente sufría de dolores de cabeza lo cual pensé que era normal. Nunca fui al doctor porque siempre decía “ya pasará”.  y lo solucionaba con una pastilla.



Un día Domingo 17 de marzo 2008 , estando en la iglesia me empezó a doler la cabeza y de pronto me desmayé. Cuando me llevaron al hospital en la ambulancia, aun los paramédicos pensaron que era una migraña pero no sabían la gravedad  de mi condición.  Al llegar al hospital inmediatamente me hicieron un MRI el cual reveló que sufría de un aneurisma. El doctor le explicó a mi esposo que ellos no estaban preparados para tratarme, me trasladaron rápidamente por helicóptero al Newark University Hospital.

 

Me entraron al salón de operación es hasta donde me acuerdo, pero sabía que estaba entre la vida y la muerte.  Cuando mi esposo llegó al hospital inmediatamente empezaron a prepararlo sicológicamente  ya que la situación era grave.  Le dijeron que si yo no lo reconocía después de la operación, que no se preocupara que eso era normal (ustedes saben como son los doctores) también que podía quedar paralizada de la mitad de mi cuerpo y que posiblemente me iba a costar recuperar el habla, que con el tiempo y terapias me recuperaría poco apoco. Ese fue el reporte médico, pero el y yo sabíamos que Dios estaba por hacer algo mucho mas allá que la ciencia.

La operación tardó 6 horas, cuando volví en si no pensé que hubiera pasado tanto tiempo. Me sentía tan mal que pensé que eran mis últimos minutos de vida, que pedí hablar con mi esposo y mi familia, mientras que la iglesia donde pertenezco y todos los que nos conocían oraban para que Dios hiciera un milagro.
Yo misma hice esta oración, “Padre no tengo miedo y gracias por darme el privilegio de ser tu hija. Pero tengo un hijo y deseo mirarlo crecer dame otra oportunidad. Rápidamente experimenté una paz que no podía entender pero que la sentía en mi. Sentí que la palabra de Dios se hizo vida en mi, donde dice que en medio de la angustia el nos llenará de su paz que sobrepasa todo entendimiento. También vino a mi mente el salmo 23:4 que dice que aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno. Esa madrugada pude experimentar una voz en mi Corazón que me dijo “tu vas a vivir” y lo creí tanto que hasta me quité algunos de  los alambres que tenía en mi cuerpo, quería comprobar que nada había pasado. Pero la realidad es que había sido recién operada de la cabeza y no podía moverme tanto pero esa  palabra que Dios me dio me ayudó a enfrentar todo lo que estaba pasando.

 

Desde esa madrugada empezó mi etapa de recuperación. Dos semanas después me dieron de alta del hospital. No tuve necesidad de terapias físicas ni del habla, y al término de seis semanas después ya podía leer y escribir de nuevo, manejar y hacer muchas cosas de la vida cotidiana.
 

La bendición mas grande es que a los 8 meses después salí embarazada y durante ese tiempo Dios continuaba mostrando ser grande a mi vida ya que no tuve complicaciones. Ahora el Señor me regaló una niña  y otra razón mas para seguir viviendo.
Gracias a Dios tengo una vida saludable, se que tengo una larga vida por delante y quiero vivirla agradecida con mi Señor Jesús por haberme dado otra oportunidad mas. También quiero agradecerles a todos mis hermanos en la fe que nos sostuvieron  con sus oraciones y súplicas!
           
ATT.  Lesbia González.

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