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La Mansedumbre no es Debilidad 

El fruto, la mansedumbre

 

Por qué necesitas la mansedumbre hoy en día?

 

Algo que constantemente escuchamos hoy son “mis derechos” y debido a esto se nos es dificil dar lugar a la mansedumbre en nuestra vida. Muchas veces la mansedumbre se puede confundir con ser débil, o no ser reconocido por su género, raza, religión, trabajo o derechos. Aún mas, la mansedumbre se puede mal interpretar con ser controlado o manipulado por alguien. 

 

Pero la mansedumbre es parte de nuestra convicción y obediencia como hijos de Dios. De hecho en la Biblia encontramos a dos personas las cuales fueron llamados mansos, Jesús y Moisés, y ninguno de los dos eran débiles o cobardes. 

 

¿Sabías que hay dos promesas preciosas ligadas con la mansedumbre?

 

  1. La tierra con heredad 

«Bienaventurados los MANSOS, porque ellos recibirán la tierra por heredad» (Mateo 5:5).

  1. Descanso para nuestra alma.

Mateo 11:29 dice «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas»

 

Sin embargo la mansedumbre es algo que no nacimos con ella, sino que es algo que se tiene que aprender a través de nuestra caminata con Cristo y el Espíritu que mora en nosotros. 

 

¿Cómo desarrollar este fruto en mi Vida?

  1. Cede

  2. Toma

  3. Aprende

 

Cede tu voluntad a Dios y deja el orgullo a un lado, entrega lo que tu piensas que tiene valor para ti y dáselo a Dios. Toma la verdad de su palabra en tu vida, negándote a tus propios intereses. Sobre todo aprende del ejemplo que Jesús nos dio, que siendo Rey, creador del universo, dejó su trono para mostrar su amor a través de su entrega y sacrificio que El hizo por nosotros en la cruz.

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